"55 días en Pekín" es una película de 1963 en plan superproducción de las que hacía Samuel Broston. Cuesta creer que después de tener construidos los decorados para "La caída del Impero romano", los destruyeran para construir los fabulosos decorados que aparecen en "55 días en Pekín" y de los que se ve un tercio de lo que se construyó. La película dirigida por Nicholas Ray está muy bien realizada a pesar de que el rodaje fuera caótico debido a que el guión no estaba realizado previamente y de un día para otro iban cambiando al punto de que muchas veces se les ofrecía a los actores el trozo de guión del día en el momento de llegar al lugar de filmación. También es cierto que tanto Ava Gardner, como Charlton Heston y David Niven, querían muchas veces que se escribieran diálogos especiales para ellos. A pesar de todo es una película épica que redondea y emociona gracias a la banda sonora realizada por el maestro Dimitri Tiomkin y que toca la fibra desde el mismísimo comienzo con los títulos de crédito. A quien le gusta esta película no puede olvidar su banda sonora.
Típica interpretación de Charlton Heston con los gestos y expresiones faciales a las que nos tiene acostumbrados y cuya dureza termina rindiéndose al final de la película cuando decide llevarse con él a la hija china de su amigo fallecido en los combates con los Boxers. Sobresaliendo sobre todas la interpretación de David Niven que siempre que aparece luce más que todo el resto de actores que le rodean.
Ava Gardner se dice que aceptó el intervenir porque necesitaba dinero en ese momento debido al tren de vida que llevaba y al realizarse en Torrelodones, muy cerca de Madrid y ella estar viviendo en la misma capital no le suponía mayor trastorno. Su interpretación de la Baronesa Natasha es muy emocional, aunque no se llevaba bien con su partener, en este caso Charlton Heston, con quien coincidiría de nuevo en "Terremoto" en 1974. Se cuenta que Charlton Heston estaba tan cansado de los retrasos que Ava producía en los rodajes que forzó a la dirección para que cambiaran el guión de manera que la baronesa Natasha muriese media hora antes de terminar la película a fin de no tener que rodar más con ella. Claro que en otras fuentes se dice que el guionista que intervino en "55 días en Pekín" Philip Yordan, primero intervino para que Ava interpretara a la baronesa rusa y luego por despecho pues al parecer mantuvo un idilio con ella, la recortó del guión con muchos menos minutos de apariciones. Pese a todo, esas decisiones, partieran de quien partieran, nos proporciona una escena emocional con la muerte de la baronesa, escena que no desmerece para nada del resto de sus apariciones a pesar de que estuviera bebida, pero ya se sabe por su historia personal que aguantaba muy bien el alcohol y que podía interpretar perfectamente bien una escena auque hubiera estado bebiendo con antelación.
Sin embargo, leyendo de otras fuentes se afirma que la escena de la muerte de la baronesa está llena de trampas cinematográficas pues Ava no conseguía decir el diálogo. Claro, hay cambios de plano según que hable la baronesa o que hable el doctor y entre plano y plano han podido pasar muchas cosas, aunque después del montaje al verlo todo seguido no se nota. Por otra parte en ess mismas fuentes se dice que Charlton Hestón después de que se terminara el rodaje en el que intervenía Ava Gardner, tuvo ocasión de conocerla mejor como persona y le pareció una persona muy agradable y valiosa cuando no estaba bebida.
La escena en la que aparecen en el baile con todos los políticos luciendo su gran collar es impresionante, no solo la miran todos, sino que también la miran asombrados los propios espectadores de la película.
La versión que compré y que ofrezco en esta página contiene un comic sobre la película que inicialmente fue editado a mayor tamaño por la mexicana Editorial Novaro, aunque aquí está reproducido de manera reducida en tamaño si bien impreso en papel de mejor calidad. Al parecer al dibujante le costó muchísimo poder reflejar correctamente la cara de la Baronesa Natasha, quizás debido a los continuos cambios expresivos que Ava Gardner realiza en sus interpretaciones.