"El puente de Casandra" (The Cassandra Crossing) es una película coproducida por Alemania, Italia y Reino Unido dirigida en 1976 por George Pan Cosmatos en la que se reunieron una serie de actores famosos como Sophia Loren, esposa de Carlo Ponti, uno de los productores, Richard Harris, Ava Gardner, Martin Sheen, Burt Lancaster e Ingrid Tullin principalmente, siendo los protagonistas principales los dos primeros aunque los otros cuatro van saliendo constantemente a lo largo de la película que se la podría considerar como cine de catástrofes aunque también tiene su parte de acción. Ava Gardner que interpreta el papel de Nicole Dresller, una mujer millonaria esposa del mayor productor de armas para el ejército norteamericano, es la primera en aparecer y luego irá saliendo de tanto en tanto a lo largo del film a pesar de tener un papel secundario.
La película comienza con unas vistas aéreas de las montañas europeas muy bellas mientras van saliendo los títulos de crédito y en la primera parte, como en cualquier película y más en las del género de catastrofes, se van presentando a los personajes que en este caso son todos pasajeros de un tren que parte de Ginebra con destino a Estocolmo pero que a causa de un problema muy grave al llevar en él a un terrorista infectado con un virus letal que se contagia al 60 por ciento de las personas comenzando con signos de resfriado, será desviado para llevarlo a un campo de concentración en Polonia, donde se supone que los militares de la Organización Mundial de la Salud tendrán preparado un hospital de emegencia ya que habiendo 1000 pasajeros cuentan con que habrá al menos 600 infectados.
La frialdad del coronel Mackenzie (Burt Lancaster) al mando de la operación militar al estar persiguiendo a un terrorista, no tiene en cuenta las recomendaciones de la doctora Stradner (Ingrid Tullin) de la OMS y sigue estrictamente, no ya las órdenes del mando superior con quien está en contacto via teléfono, sino sus propias iniciativas para que ese tren nunca llegue a su destino ya que al atravesar el puente de Cassandra que está en desuso desde 1948, se derrumbará y morirán todos.
La película está bien realizada y tuvo buena acogida de público cuando se estrenó. Se sigue con interés, desde el comienzo pues vemos como poco a poco el terrorista, al ir circulando por el tren, va infectando a todo el mundo, niños y mayores. La intervención del Dr. Chamberlaine (Richard Harris) y de su ex-esposa Jennifer (Sophia Loren) que le ayuda, van ocupándose poco a poco de los casos que van apareciendo en los personajes que previamente nos han presentado y pasan de estar divorciados por dos veces a volver a quererse debido a las situaciones tan graves que han de vivir juntos en esta travesía.
Sin embargo, la trama llega a un punto en que habiendo descubierto algunos pasajeros que se dirigen hacia la catástrofe, a pesar de que la enfermedad ha empezado a remitir y el coronel Mackenczie lo sabe, el empecinamiento de querer evitar a toda costa que nadie salga vivo, por si acaso, por parte del coronel, hace que el Dr. Chamberlaine tome la decisión de parar el tren que en una estación anterior, en Nuremberg, ha sido ocupado por soldados del ejército armados con mascarillas y con órdenes de matar a cualquiera que quiera dejar el tren después de haberlo sellado herméticamente y oxigenado con máquinas especiales, oxigenación que es precisamente la que hace que el virus se retire.
La señora Nicole (Ava Gardner) que va en su apartamento con su gigoló (Martin Sheen) va haciendo apariciones interesada únicamente en su "amorcito" como lo llama ella y en ir bien arreglada en todo momento luciendo tocados y trajes de alta costura. Ava estaba en una etapa de su vida en la que ya tenía 54 años y le iba bien ese papel, además que lo aceptó por la necesidad de tener dinero y desde el otro lado del Atlántico, Frank Sinatra se ocupó de que estuviera protegida de cualquier peligro enviándole lo que necesitara. El eterno amor Sinatra-Gardner. Esta es la tercera vez que Ava Gardner actúa en la misma película con Burt Lancaster, la primera vez en "Forajidos" en 1946, luego "7 días de mayo" en 1964 también con un Burt Lancaster en papel de mando militar y con "intenciones especiales" y ahora en 1976, aunque debido al guión no aparecen juntos en ningún momento ya que ella va en el tren y Lancaster está en su oficina de seguimiento del problema.
Lo que me resultó sumamente exasperante y no sé si Cosmatos lo hizo expresamente como crítica hacia la mecanización de los ejércitos en general, es la actuación de los militares que por seguir sus órdenes dadas en origen por el coronel Mackenzie, pero que después, al estropearse la radio, las sigue el capitán del destacamento del tren por su propia iniciativa, negándose a parar el tren pese a que la enfermedad ha remitido y llegando a un punto en que se enfrenta contra los propios pasajeros disparando sus armas contra ellos. Es decir, el protocolo establecido rige por encima de la razón y la conciencia, como ocurre muchas veces también en otras instituciones como en los hospitales con las jerarquías médico-enfermeras-paciente, que se siguen unos protocolos fijos para todos los casos aunque si se actuara en conciencia según el caso, sería muy diferente.