Película mexicana de 1955 de 86 minutos de duración, dirigida por Juan José Ortega y protagonizada por Sara Montiel, Alberto González Rubio, Magda Guzmán, Andrés Soler...
Melodrama basado en un serial radiofónico de la época en el que un joven de una familia adinerada llamado Luis Gustavo (Alberto González Rubio) se enamora de una muchacha del campo llamada Lucecita (Sara Montiel) y la familia de él se opone al noviazgo. Lucecita acaba en la cárcel después de matar al hombre que la intentó violar. Sara aparece con la piel muy morena y la interpretación tiene que hacerla poniendo acento cubano ya que se rodó en Cuba.
La película toca de lleno el problema de las diferencias sociales entre la clase adinerada en Cuba y los guajiras o gente del campo. Luis Gustavo, acaba de regresar de La Habana a la zona rural donde viven sus padres que son adinerados a parte de que su padre es juez. Conoce a una chica a la que salva de ser poseída a la fuerza por un hombre llamado Jacinto y empiezan a salir juntos enamorándose mutuamente enseguida, pero la amiga de Lucecita, que se llama Rosita, es la personificación del mal y la traición y se dedica a contar mentiras acerca de Lucecita sin que ella lo sepa, lo más traidor y rastrero que uno se pueda imaginar y todo porque ella está enamorada de Luis pero éste no la determina ya que se ha enamorado de la candidez de Lucecita.
El odio que siente ella por Lucecita la lleva a fraguar un plan para separarla definitivamente de Luis que por otra parte se encuentra con la opocición de su familia, tanto de su madre como de su padre. En el plan de Rosita la lleva a una trampa, a un lugar donde no la espera Luis como le ha dicho, sino Jacinto que quiere poseerla a toda cosa. En la pelea que mantienen el revólver de Jacinto cae al suelo y Lucecita lo coge y no le queda más remedio que dispararle para evitar ser violada.
Lucecita quiere huir pero los compinches de Rosita la atrapan y la llevan a la policía quedando en la cárcel. Aunque el juez del caso es el padre de Luis, no quiere ceder y la mantiene encerrada hasta que su madre va a hablar con el juez y éste se queda asombrado pues la reconoce como una guajira que en su juventud violó y dejó embarazada por lo que Lucecits es su propia hija. Eso hace que cambie de opinión y trate de salvarla en el juicio en el que él es el juez, pero la balanza se declina a favor de Lucecita porque Jacinto no ha muerto del disparo y se presenta en el juicio explicando lo que ocurrió y corroborando que Lucecita le disparó en defensa propia. Lucecita queda libre y por otro lado, uno de los bandidos que Rosita contrató para hacerle mal a Lucecita es un facineroso y lujurioso que la engaña, le dice que se va a casar con ella y se irán a vivir a una mansión lujosa en La Habana pero la realidad es que se la lleva a su pocilga donde la tiene dominada contra su voluntad. Justo castigo por lo que ella le hizo a Lucecita.
Al final resulta que como el juez tuvo relaciones de joven con la madre de Lucecita, resulta que ella y Luis son hermanos, pero finalmente la madre de Lucecita cuenta la verdad completa y es que de su relación con el juez quedó embarazada pero perdió al hijo y luego tuvo a Lucecita, por lo que no es hermana de Luis y se pueden casar.
Sara está maquillada para parecer más morena de lo que es y pasar por cubana del campo. El idioma usado en la película es el cubano ya que la película pertenece a la breve etapa de tres películas que Sara realizó en Cuba. Interpreta muy bien el papel de chica dulce e inocente.